El Santo Grial de la producción por contrato – ¿cuándo comenzar la cooperación con un subcontratista?
Hace más de un siglo, Henry Ford tuvo la idea de dividir la producción en segmentos individuales para maximizar las ganancias, la velocidad y la calidad del producto. Tanto el sistema de producción en cadena como un enfoque más amplio de esta idea, definido como la cooperación entre contratantes y subcontratistas, pueden aportar numerosos beneficios. Sin embargo, desde el principio surge una pregunta clave: ¿cuál es el mejor momento para iniciar la cooperación con un subcontratista?
Sin subcontratistas, muchos proyectos no se habrían implementado en absoluto o el proceso mismo habría llevado demasiado tiempo para ser viable. Redirigir elementos individuales de tareas a contratistas permite optimizar los costos relacionados con el empleo, la infraestructura técnica o el know-how. Los subcontratistas aportan equipos profesionales, tecnologías modernas y sistemas operativos probados en la práctica. El riesgo se divide entre varias entidades con un objetivo común. Todo esto permite al propietario del producto enfocar toda su atención en las prioridades y metas estratégicas de la empresa.
Contrato transparente
Las reglas de cooperación entre el cliente y los subcontratistas no son un tema que se pueda decidir con prisa. El riesgo lo asumen ambas partes: son entidades independientes que, en muchos casos, no han tenido oportunidad de prestar servicios entre sí. Por un lado, el cliente puede tener problemas de solvencia financiera, por otro, los contratistas pueden aplicar estándares demasiado bajos o abordar las tareas con escaso profesionalismo. Sin una verificación y preparación adecuadas, ambas partes pueden encontrar obstáculos mutuos solo durante la cooperación, lo que generalmente resulta en pérdidas para ambas partes. La protección básica, por lo tanto, es un contrato detallado que presente claramente la responsabilidad y el alcance de los deberes de ambas entidades.
Todas las regulaciones legales tienden a aumentar el control de la parte contratante sobre quién realiza realmente el pedido. Se introducen obligaciones adicionales no solo para los subcontratistas, sino también para los propietarios del producto. La limitación de las entidades responsables de la producción es una cuestión clave. El objetivo es que cuestiones específicas sean abordadas únicamente por aquellas empresas cuyo perfil de negocio incluya dichos servicios. Vale la pena recordar que, por un lado, gracias a terceros que proporcionan a sus empleados una ejecución contractual paso a paso, los contratistas aumentan su potencial empresarial. Sin embargo, este tipo de servicio también conlleva obligaciones reales.
Principios básicos de cooperación
Unas palabras sobre las obligaciones de los contratantes y subcontratistas, importantes independientemente de la decisión de cooperar con fabricación por contrato.
El compromiso por parte del cliente está principalmente relacionado con un análisis detallado de las áreas que será rentable transferir a los subcontratistas, no solo en términos de reducción de costos, sino para el desarrollo general de la empresa. El primer paso es definir las funciones principales de la empresa y sus objetivos estratégicos. Estos, junto con la misión de la empresa, construirán su posición y mostrarán su valor futuro, por lo tanto, deben permanecer en manos del empresario. Lo mejor es delegar a los subcontratistas todas las actividades necesarias, pero no aquellas que pertenezcan a las prioridades de la empresa. Las actividades adicionales suelen incluir temas relacionados con contabilidad, formación complementaria del personal, administración de TI o, cada vez más importante, la cooperación con contratistas. En una realidad de creciente competitividad, donde el progreso tecnológico ha permitido crear productos excelentes incluso para empresas con menor capital, el servicio al cliente se ha convertido en el principal factor diferenciador.
Los subcontratistas, a su vez, basan su cooperación en dos premisas: el perfil empresarial y la estimación de las capacidades reales de la empresa. Estadísticamente, la primera es la cuestión más descuidada. Se dice que solo se deben aceptar aquellos pedidos que encajen perfectamente con el tipo de servicios prestados. Esto permite maximizar la calidad y reducir el tiempo necesario para implementar un contrato determinado. La segunda premisa se conoce ampliamente como «corta el abrigo según la tela» – gracias a la conciencia de nuestras capacidades, reducimos problemas relacionados con aspectos básicos como cumplir plazos y respetar integralmente los contratos.
Una regla simple – “cuanto antes, mejor”
Independientemente de la decisión y el momento elegido, comenzar la cooperación con un subcontratista siempre requerirá un fuerte compromiso de ambas partes, preparación documental y consideración del contexto tanto teórico como práctico. Sin embargo, vale la pena recordar que la regla de “cuanto antes, mejor” también aplica en este caso. Gracias a decisiones reflexivas pero eficaces, ambas partes ganan tiempo para controlar el riesgo. La falta de prisas por parte del subcontratista se traduce en menores costos de implementación para el cliente. Todo se basa en que el contratista tiene la oportunidad de prepararse adecuadamente y actuar con profesionalismo, mientras que el propietario del producto puede centrarse plenamente en el desarrollo de las ventas y el marketing, maximizando todos los indicadores de rentabilidad.